30 diciembre, 2007

Polonia (31 oct - 6 nov de 2007 )

Una nueva entrada y una nueva aventura, esta vez la idea surgió a raíz de dos hechos:

1º.- Este verano había conocido a mi rama familiar polaca estando en la boda de mi primo en Alemania (sí, tengo una familia un tanto dispersa).

2º.- La estancia de intercambio de mi buen amigo y en ocasiones compañero de viajes Lucho, localizado en la capital polaca durante unos meses.

Así que esa era la situación, un viaje, dos destinos (centro y sur del país), en una fecha factible y en el intervalo temporal de octubre a diciembre; así que la fecha elegida fue el puente del 1 de noviembre:

Acabé mi cursillo el miercoles 31 de octubre por la noche y cogí el bus a Madrid para llegar al amanecer (que casi lo pierdo como es mi costumbre), despertar a mi amigo Eduardo a las tantas de la mañana pidiendo algo de hospitalidad y un sitio cómodo donde reposar unas horas (el avión no sería hasta la hora de comer); para los que empiecen a temer, diré que ya iba avisado de mi llegada, no me suelo presentar en casa de la gente a la hora del lechero sin avisar jeje.

Metro, metro, aeropuerto y embarque con destino a Varsovia, llegada por tanto el jueves 1 de noviembre a media tarde, donde Lucho esperaba expectante mi llegada:

No, no os equivoquéis, es una cara de alegría al verme!!!










Bueno vamos a repetirla a ver:





Sí, sí mucho mejor.




Dejar las maletas en su piso, e irnos con su compañero de piso a cenar algo al viejo centro de la ciudad; cena y visita guiada. Un buen restaurante, con comida más o menos típica (bueeeno digamos comida típica para turistas según me han comentado; pero como es lo que eramos, pues estupendo). Y después a un bar a hacer un poco de vida nocturna: "camarero 3 cervezas, bueno no, 2 cervezas y una cola.. bueno no, 1 cerveza y dos colas... errrh que sean 3 colas por favor" y a dormir que al día siguiente empezaría el verdadero viaje:

Día 2 de noviembre: Ir a la estación central de Warsawa a coger el tren (lo siento, soy español no mexicano, lo de coger, siempre lo tenemos a mano...) y aquí llegaron los problemas:

Problema 1: Comprar un billete. Lucho reaccionó rápido y escribió el nombre de la ciudad sobre su mano y pego la mano a la mámpara de cristal que nos separaba de la agradable vendedora; va bien la cosa...

Problema 2: carteles, ¿en qué cartel pone salida y en cual llegada de trenes? Un francoparlante nos solucionó el problema.

Problema 3: ¿Qué tren coger si no hay hora en el billete, sólo el día? Dedujimos que eran billetes para todo el día, así que un problema menos.

Problema 4: No fiarse al 100% de las indicaciones del polaco que está a tu lado, por su culpa no cogimos el tren que teníamos que coger.

Problema 5: ¿Cómo se le pregunta una duda a la señora de información sobre trenes si no habla otra cosa que polaco y nosotros no hablamos polaco? (Ya podría alguien de información hablar otro idioma, que entre Lucho y yo hablamos español, francés e inglés...). Bueno, por signos.

Proble... no por ahora no hubo más, pero ya nos daríamos cuenta de lo que es la amabilidad polaca de la "vieja escuela"...

Bueno nos subimos al tren con destino a :





Muy bien, lo habéis adivinado todos, jeje




Tras unas horas de tren y en calidad de parada técnica, nos detuvimos a ver el lugar de peregrinación más importante de Polonia



(tras haber estado en Fátima, Santiago de Compostela, San Patricio de N.Y. y antes de Vaticano, tocaba pasar por aquí).








Lo que nos extraño bastante fue que en el interior de la catedral (que sigo sin saber si es una catedral o una iglesia), una de las misas en los altares secundarios fuera en español.

Después de la hora de comer (en un Mc Donalds como no, ¿eh Lucho? pero ¡luego no digas que soy yo leñe! jajaja), nos dispusimos a partir hacia Katowice para empalmar con Gliwice y posteriormente en coche con Taciszów, nuestro destino final.

Para los que se pregunten porque parar en este pueblecillo alejado de la mano de Dios, la respuesta es: Aquí están mis raices Sonnek,
Un homenaje a mi fallecido abuelo, que se crió en la granja situada en la calle de la foto (no te olvidamos Karl Sonnek).




Día 3 de noviembre: Después de una cena caliente, una buena noche de sueño, un buen desayuno "Sonnek" a la polaca y una vuelta al pueblo (casi literalmente), nos dispusimos a tomar el tren Gliwice-Katowice-Krakow (Cracovia para los amigos), donde llegaríamos a media tarde.

Dejar las cosas en el Hostel "Greg and Tom" (lo recomiendo, muy bien situado, enfrente de las estaciones de bus y tren, bien de precio y muy buen servicio), y salir al viejo centro de la ciudad a ver un poco para qué habíamos venido:

Vista de la torre de la plaza del mercado; cena en el restaurante-taberna que había en el sótano (que alegría de servicio ¿eh Lucho?); después salimos de bares (recordad que era sábado) y acabé bailando acompañado en una barra de gogo situada encima de una barra de las de pedir, por lo tanto a más de metro y medio del suelo, hasta las 4 am o cosa así.







Día 4 de noviembre: el despertar es duro, acostarse a las 4 y pico y levantarse a eso de las 7; levantarse, desayunar, ir corriendo al centro a sacar unas fotos (pero de día esta vez), volver a tiempo de coger el autobús de la visita a Auschwitz

CRACOVIA















Puerta de entrada del campo de refugiados de Auschwitz








Terminadas las visitas a Birkenau (Auschwitz II) y Auschwitz propiamente dicho, volvimos a Cracovia para enganchar con el autobús que nos llevaría a las minas de sal de "Wieliczka" ( http://www.kopalnia.pl/home.php?action=&id_language=5& ) Cuya visita acabamos a eso de las 19:00, por lo tanto llevabamos unas 12 horas casi visitando (¿recuerdas la cara que tenía Lucho? jaja que mal amigo...).










¡Pero aún no había acabado la cosa! Había que volver a hostel, recoger las maletas de recepción y coger el tren de regreso a Warsawa que salía a las 22:00, y aquí empezó nuestra pequeña odisea, que si los billetes agotados (¡no tickets LUCHO no tickets!, correr al bus, peron 5, bus a Zakopane, volver al hostel, volver a la estación de tren, ir a cenar, volver al peron a las 22:45; ¡¡que se nos va!! y el pobre Anthony que se moría por dentro "envenenado" por Lucho, por la falta de sueño y por el agua salada de la fuente de Wieliczka... Subir al tren, 35 minutos de espera de más en la estación, buscar compartimentos y coger el compartimento solitario y fresco que encontramos


Os podéis hacer una idea de como acabamos pasando la noche en aquel compartimento, algún grado bajo cero fuera, sin calefacción y 6 horas luchando contra el frío y el sueño (toda una experiencia).












Finalmente llegamos el lunes día 5 de noviembre a Warsawa, donde yo pude meterme en una buena cama calentita y el pobre Lucho se fue a sus clases, ¡QUÉ MÁQUINA! ¡QUÉ CORAJE!, luego invertimos el orden, yo al ordenador y él a dormir y así pasamos el día del lunes, por la noche pastel de carne (a las 2 y pico de la mañana) y a dormir a las 4 que había que levantarse a las 7 y pico para ir al aeropuerto:










Día 6 de noviembre, salida del piso de Lucho, aeropuerto, avión a las 10:00, llegada a Madrid a eso de las 14:00, estación de autobuses, colapso, tren de las 17:00 o de las 18:00 ya ni me acuerdo, llegada a Granada a eso de las 23:00. Vaya día de vuelta, más de 15 horas de viaje para volver a casa.

Enfín, más de media semana de viaje, conociendo un nuevo país, nuevos lugares, profundizando en la historia y disfrutando de la compañía de un buen amigo y mejor compañero de viajes...

Lucho, la primera vez fue Londres (mítica), la segunda ha sido Polonia, ¿cuál será la siguiente?

Vulture.